Los ciudadanos han desalojado al PP

La clave de lo que ha pasado en las elecciones del día 14 se puede resumir en una frase: los ciudadanos han desalojado al PP del poder político en España. Y, por ende, en términos electorales, los ciudadanos han dado un vuelco completo al mapa político español, otorgando una victoria electoral al PSOE de proporciones no previstas hace tan solo una semana. Y todo ese potencial ha sido depositado en manos del candidato socialista, José Luis Rodriguez Zapatero. ¿La causa? Que los ciudadanos no han perdonado la mentira como arma en la política.

Ha sido un ejercicio burdo de la mentira, contra todas las evidencias, contra toda la opinión pública internacional. Y, debido a reacciones como la de nuestro Editorial extra del pasado viernes 12 de marzo, a miles de reacciones semejantes que han colapsado la Red, a través de móviles y mediante el boca a boca, a miles de ciudadanos que se echaron a la calle el sábado día 13 en Madrid y en otras ciudades, ese pueblo se ha dado cuenta a tiempo, justo a tiempo, de esa manipulación. Y ha obrado en consecuencia.

LOS CIUDADANOS HAN HABLADO Y SU VERDEDICTO ES INAPELABLE

Y, efectivamente, en los últimos tres extraños días de nuestra convivencia como españoles hemos asistido atónitos al espectáculo de un Gobierno que mentía, manipulaba, coaccionaba a todo aquel que se pusiera a su alcance para atribuir a ETA un atentado salvaje, a sabiendas de que esa no era la verdad, simplemente por cálculo electoral. Simplemente por eludir sus responsabilidades ante una decisión, como fue la de la guerra de Irak, en la que la inmensa mayoría de los ciudadanos no compartían la posición de Aznar y estaban abiertamente en su contra, y en la que Aznar hizo caso omiso de la opinión de los ciudadanos, degradando de un modo inaudito nuestra democracia.

Los "neocon", el equipo de teóricos y políticos que apoya a Bush en los EEUU han profesado el credo de que la mentira es un arma útil para la "alta política". Las enseñanzas de Leo Strauss también han sido seguidas al pie de la letra, desde hace año y medio, por el gobierno español. Y la han llevado al paroxismo de estos últimos tres días. Un paroxismo que ha quedado sancionado con un repudio colosal a manos de la mayoría de los ciudadanos españoles. Tal es la primera enseñanza que hay que extraer de la noche electoral del 14 de Marzo de 2004.

La segunda enseñanza es tan importante o más que la primera: han sido los ciudadanos que han votado al PSOE los que han ganado las elecciones, junto al movimiento ciudadano que, bajo mil formas espontáneas, ha contribuido al desalojo ciudadano del PP. Y todo ese potencial ha sido depositado en manos del candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. El rearme ciudadano se ha producido. Y lo ha hecho de un modo muchas veces espontáneo, lo que evidencia el apoyo, como referente político, al socialismo español de cientos de miles, por no decir millones, de ciudadanos activos y comprometidos que, antes de acudir a las urnas, se habían movilizado en estos últimos días para desalojar al PP del Gobierno.

Esos ciudadanos, esos movimientos aborrecen las mentiras del PP, aborrecen la regresión democrática que el PP ha introducido en España, quieren una democracia de calidad, quieren participación, quieren deliberación democrática, quieren reconocerse en la política democrática que a partir de ahora impulse el gobierno socialista. Y ahora el PSOE desde el gobierno y desde el partido tiene la responsabilidad de entenderlos, escucharlos y atender a su voz. En esta circunstancias, a los que creen en el socialismo ciudadano y siguen y participan en el movimiento suscitado por Democracia Cívica, que desarrollan su trabajo en las filas socialistas y también entre la ciudadanía activa, les toca ahora una gran responsabilidad: la de actuar como mediadores entre ese enorme capital humano que son los ciudadanos activos que han hecho posible esta victoria y los cuadros socialistas que, a partir de ahora, dirigirán los destinos de España. Nuestro movimiento debe acudir a esa responsabilidad y desarrollar, ahora, nuevas propuestas e iniciativas que aseguren que ese capital enorme hacia una democracia de mayor calidad que se ha generado no es desaprovechado.

La victoria del socialismo español es un motivo de enorme alegría. A partir de hoy, millones de ciudadanos tendrán más igualdad, más oportunidades, más justicia social, una vida más justa y feliz. Desde Democracia Cívica queremos congratularnos de esta victoria. Y queremos ofrecer, como siempre lo hemos hecho, nuestro esfuerzo leal para acudir a ese reto de responsabilidad que hoy se le abre ante todo el socialismo español.

DEMOCRACIA CIVICA