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Dios y la telebasura
Juan Carlos Ortega, colaborador de Javier Sardá en "Crónicas Marcianas" (Telecinco) y de Gemma Nierga en "La Ventana" (Cadena SER) acaba de publicar un libro tan genial como el contenido de sus secciones en los programas mencionados. Se trata de "Buenos días, Sócrates" (Reflexiones de un filósofo sin estudios). Con grandes dosis de inteligencia y de ironía, Juan Carlos Ortega trata de 30 temas, del que aquí reproducimos uno que se titula, nada más ni nada menos, "Dios y la telebasura".
En él, Ortega desmonta el tópico anti telebasura ("La gente ve telebasura no porque le guste, sino porque se la ponen. Si pusieran otra cosa mejor, les gustaría más."), comparándolo con el mundo creado por Dios ("A los poetas no les gusta la naturaleza. Se fijan en ella y la describen siempre porque es lo que hay. Si Dios pusiera otra cosa mejor; les gustaría más."). Su conclusión es radical: "Si hubiera muchos universos compitiendo entre sí, cada uno ofreciéndonos espectáculos y leyes naturales diferentes, es bastante probable que el Cosmos en el que estamos tuviera un bajísimo índice de audiencia. Bien mirado, no sería extraño que esto sucediera. Desde hace miles de años los seres humanos se han dedicado obstinadamente a criticar la dura realidad, despedazándola siempre que han tenido ocasión de hacerlo, señalándonos sus taras, sus chapuzas y sus malos acabados. Nos gusta la naturaleza porque no podemos hacer zapping. Si hubiera varios Universos, Dios duraría tres días como programador."
Algunas personas creen que no es mala cosa ser profundo la mayor parte del tiempo, sin demasiadas interrupciones. La televisión, para ellos, es simplemente una máquina cuya finalidad es formar a los que, de alguna manera, no tienen forma. Los tópicos que lanzan son conocidos por todos. El principal, sin duda, el siguiente: "La gente ve telebasura no porque le guste, sino porque se la ponen. Si pusieran otra cosa mejor, les gustaría más."
Es un argumento repetido continuamente. Su construcción lógica es impecable, pero la apariencia de verdad que transmite obedece a algo que está fuera de su mensaje. En realidad, forma parte de la construcción de la frase y es independiente de aquello a lo que está destinado. Como veremos enseguida, puede aplicarse a todo. Para comprenderlo mejor, pensemos en Dios.
Dios creó el mundo (o, al menos, vamos a suponer que lo hizo). Creó las montañas, las nubes, los ciervos, las puestas de sol, las coliflores, el cuarzo y los orangutanes. Puso ante nuestros ojos muchas cosas distintas, haciendo lo que en términos periodísticos se conoce como un despliegue de medios sin precedentes. Y nos situó a nosotros, pobres espectadores, en medio del meollo, para contemplarlo.
El tópico anti-telebasura podría aplicarse al mundo natural
La mayoría de los poetas adoran el mundo natural. Escriben versos elogiando el color de los amaneceres, el reflejo de los rayos lunares en las caras de sus novias, la profundidad misteriosa y fría de los océanos, el brillo de las manzanas y el color rojo de la tierra de Atlanta. Cientos de miles de poetas de todo el mundo describen con admiración ese tono anaranjado que tiene el amanecer, la complejidad asombrosamente inteligente y matemática de la tela de araña, el comportamiento de los mamíferos, la ternura de los patos pequeños que siguen a sus madres. Se esfuerzan muchos de esos versos, porque para ellos no hay nada mejor, nada que pueda superar este espectáculo gigante que contemplan cada mañana cuando miran el mundo. Y pueden tener algo de razón. Después de todo, la naturaleza está llena de cosas interesantes, Pero, ¿realmente nada puede superarla?
El tópico anti-telebasura podría aplicarse ahora al mundo natural. Si lo hacemos, llegamos a la conclusión siguiente: "A los poetas no les gusta la naturaleza. Se fijan en ella y la describen siempre porque es lo que hay. Si Dios pusiera otra cosa mejor; les gustaría más."
¿Y si fuera así? ¿Y si nos gustara la naturaleza, con sus ríos fríos llenos de truchas saltarinas y sus montañas poéticamente nevadas, simplemente porque "es lo que hay"? A lo mejor, quién sabe, el mundo no es más que una creación basura. De hecho, la naturaleza tiene muchos elementos que hacen sospechar que así es: matamos para vivir, enfermamos, padecemos dolores horribles, vemos fallecer a personas con las que nos gustaría estar hablando eternamente, y al final desaparecemos sin haber disfrutado todo lo que nos habíamos propuesto. El programador del Cosmos podría ponernos algo mejor, pero siempre va a lo fácil. ¿Qué ponen hoy en el Universo? Consultemos la programación cósmica. Hacen lo de siempre: a las 7 de la tarde, una puesta de sol, luego oscuridad durante unas horas, y por la mañana la luz dorada nuevamente. Y así día tras día, machaconamente, siempre igual. Dios es bastante previsible, y su programa es repetitivo y fácil. Criticamos a los responsables de las teles porque se repiten, porque no innovan, pero Dios hace lo mismo y le adoramos.
Nos gusta la naturaleza porque no podemos hacer zapping
Pero podemos ir más allá. Amamos a nuestras esposas y a nuestros maridos porque es lo que hay, pero si nos pusieran algo mejor, les amaríamos más. Nos caen bien nuestros amigos porque no conocemos a amigos mejores. Nuestros libros preferidos, las películas de nuestra vida y las canciones que nos provocan un pinchazo en el estómago gozan del privilegio de nuestra admiración sólo porque no hemos le leído libros mejores, ni visto películas más deslumbrantes ni escuchado canciones que nos desgarren con más violencia las tripas. Nos adoramos a nosotros mismos por el mismo motivo: porque es lo que hay, es lo que somos, porque no hay alternativa, porque nos es imposible imaginar que pueda existir algo mejor que nuestra estupenda y mimada persona. El tópico anti-telebasura, como vemos, es aplicable a todo.
Dios hizo lo que hizo. Los de la tele hacen lo que hacen. Las montañas, los escarabajos, el feldespato, la mica y las legumbres están ahí. Miramos la naturaleza y nos hacemos fans de ella porque no tenemos un mando a distancia para hacer zapping en las montañas. El sentimiento de arrobamiento y estupefacción ante la belleza natural es tan válido y profundo como la aparente tonta y frívola diversión que nos invade al mirar la tele un sábado por la tarde, tumbados en el sofá de casa, cuando en la vida real no echan nada mejor.
Si hubiera varios Universos, Dios duraría tres días como programador
Nos gusta la telebasura porque es lo que hay. Si pusieran algo mejor nos gustaría más. Evidentemente. Pero también nos gusta el brillo misterioso, lejano y mágico de las estrellas que tiemblan en el cielo de verano porque es lo que hay. Si Dios nos pusiera algo mejor, nos gustaría más.
Si hubiera muchos universos compitiendo entre sí, cada uno ofreciéndonos espectáculos y leyes naturales diferentes, es bastante probable que el Cosmos en el que estamos tuviera un bajísimo índice de audiencia. Bien mirado, no sería extraño que esto sucediera. Desde hace miles de años los seres humanos se han dedicado obstinadamente a criticar la dura realidad, despedazándola siempre que han tenido ocasión de hacerlo, señalándonos sus taras, sus chapuzas y sus malos acabados. Si aplicáramos métodos comerciales implacables, Dios duraría tres días como Programador Universal.
JUAN CARLOS ORTEGA
Colaborador de "Crónicas Marcianas" (Telecinco) y "La Ventana" (Cadena SER)
Texto extraído del libro "Buenos días, Sócrates" (Aguilar, 2004)
16 julio 2004, Comunicación | Curiosidades | Seleccion | Telebasura | Televisión | Inicio
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VUESTROS COMENTARIOS Y OPINIONES SOBRE ESTE TEMA:
Ortega, eres genial, tío! Tus videos en Crónicas Marcianas son de lo mejor. Eso sí que es humor inteligente. Y haces bien en darle la vuelta al manido tema de la telebasura, eso que los puretas desprecian y todo el mundo ve. Hay opiniones pera todos los gustos y un mando a distancia estupendo que, por desgracia, sólo sirve para cambiar programas de televisión. Si hubiera mandos a distancia para cambiar políticos, profesores, vecinos, obispos, etc... aquí no quedaría ni Dios!
Enviado por: Ni Dios | 16 julio 2004
Pues yo al menos no termino de captar la inteligencia e ironia tras esta exposicion de argumentos que aparentemente es tan brillante. Mas bien me parece una sucesion de tonterias de principio a final.
Enviado por: Raul | 16 julio 2004
Pues dicho así, ironizando, no está mal. Pero comparar en serio a la televisión con la naturaleza o con el universo me resulta un pelín exagerado. Creo que una supuesta persona, dotada de una capacidad de visión especial, capaz de ver todo lo que existe, y que dedicase toda su vida a ver una cosa distinta cada segundo, no terminaría de ver todas las que existen (descubiertas y por descubrir)en este diminuto planeta. Y no digamos del universo. Si pudiésemos cambiar de universo ¿como sabríamos si estamos en este o en otro, si no conocemos ni una infinitésima parte de uno? ¿y no pensais que con la telebasura nos atontamos cada día un poco más y nuestra curiosidad, e interés por la naturaleza, las ciencias, el arte, la humanidad, el conocimiento en general, va disminuyendo?
Enviado por: obdulia | 16 julio 2004
La gente ya no saber qué contenidos publicar en un libro. Solo ven los billetes... ¡así va el mundo!
Enviado por: Aloga | 17 julio 2004
El humor existe. La ironía existe. A las cosas se les puede dar la vuelta. Nada es totalmente mitificable. Nada es totalmente despreciable. Quizás por esto algunos no captan el sentido de este artículo del Ortega, y quizás por la misma razón no entienden que la gente pueda utilizar la televisión como medio de ocio, no como aula universitaria. El mundo es pluriforme. No pasa nada.
Enviado por: Berto | 17 julio 2004
Muy bueno! Yo quiero poder hacer zapping en la naturaleza! Siempre lo mismo, a la misma hora... La obra de Dios, como la tele, como tantas cosas, son perfeccionables. Y si los obispos se cagan en la televisión, ¿por qué yo no me puedo cagar en Dios?
Enviado por: Bebo | 17 julio 2004
Definitivamente eso de "conformarse con lo que tenemos", estancarse y no mejorar por comodidad o por que aparentemente no hay nada mejor va bien con los débiles mentales como Raul, que no entendio nada. Ese tipo de gente (Raul), posiblemente es un cristiano fundamentalista, siempre preferirá "creer" y no pensar, conformarse con ser un esclavo y débil mental por el resto de su existencia. Saludos.
Enviado por: Amilius | 18 julio 2004
En mi opinión éste es otro intento más de hacernos comulgar con ruedas de molino y lo siento mucho por el Ortega, que me parece un tipo genial con sus montajes humorísticos, pero este discurso ya lo he escuchado antes. Como cuando algunos empezaron a comparar la telebasura con las tabernas cervantinas y cosas por el estilo, en definitiva falacias. Lo siento Ortega pero no cuela.
Enviado por: Maverick | 18 julio 2004
Si hablamos de televisión, nunca faltarán los listos de turnos ofreciéndonos una visión apocalíptica y catastrofista sobre el medio y sobre la sociedad en general. Si son felices creyendo que ellos son la élite y todos los demás unos tontos, mejor para ellos. Pero de los catastrofistas hay que desconfiar siempre, aunque puedan tener razón en algo. Son guías ciegos y rara vez se puede hacer caso de sus soluciones -si tienen alguna- porque nunca conducen a ninguna parte.
Enviado por: jorfasan | 18 julio 2004
Ah, y lo de catastrofistas lo decía por alguno de los comentarios, no por lo que ha escrito el Ortega, que me parece muy bien... y muy inteligente!
Enviado por: jorfasan | 18 julio 2004
A mi sí que me parece catastrófica la televisión actual pero bueno, allá cada cual con su coenciencia. Si algunos se sienten más agusto pensando que los actuales contenidos mediáticos son adecuados, pues mejor para ellos. Aquí parece que o le bailamos el agua a San Sardá y sus acólitos o somos todos malísimos, clasistas y demás varietes.
Enviado por: Jairo | 19 julio 2004
No se trata de que me parezcan bien todos los contenidos de televisión, sino de que tenga la opción de cambiar de canal o de apagar el televisor, sin necesidad de despreciar a los que sí les apetece ver estos contenidos. No soportaría que me obligaran a ver determinado programa, pero todavía soportaría menos convertirme en la persona que obliga a verlo a los demás. Estos temas acaban siempre con un dilema: libertad sí o libertad no? Mi opción es clara: LIBERTAD SI.
Enviado por: J.D.L. | 19 julio 2004
Pero si es que ahora no hay otra opción que no sea telebasura. O contratas televisión por cable o directamente apagas el televisor. ¿Dónde está la libertad ahí?, ¿y los que queremos ver televisión en abierto y no podemos?. Libertad es poder elegir pero hoy día muchos no podemos.
Enviado por: Jairo | 19 julio 2004
Hubo un tiempo en el que en TVE sólo se programaban series dramáticas inglesas en horarios de máxima audiencia -"Upstairs, Downstairs", "Yo Claudio", etc...- y con gran éxito. Si el Sr Ortega, genial por otra parte, hubiera tenido la posibilidad de desarrollar este juego argumental en aquel momento, entonces habría titulado el mismo de la siguente guisa: "La gente ve seriales de la BBC no porque les guste, sino porque se las ponen. Si pusieran otra cosa mejor, les gustaría más." De acuerdo que la naturaleza es irreprogramable, pero no la cultura, producto del lenguaje y artificial en cuanto manifestación generada por herramientas simbólico-lingüísticas humanas y tan evidentemente diversa en sus múltiples formas. Esta multiplicidad de manifestaciones es lo que la convierte en evidentemente seleccionable o programable. Por lo tanto el tópico en cuestión no puede aplicarse al mundo natural por ser intrínsecamente opuesto al mundo artificial. Nadie conocido programa la naturaleza -aunque alguien tenga sospechas de que lo haga Dios, inaccesible por otra parte- pero sí la televisión, donde además de poder zapear también es posible localizar a los responsables de su programación y discutir al respecto.
Enviado por: Garcia | 30 julio 2004
Después de leer tan insignificante exposición y comparación de lo que es para ti, Juan Carlos Ortega, el universo, la televisión, Dios, y todo lo que en tu seso se remueve sin que tú sepas como has de colocarlo... Creo que estás perdido en un mundo lleno de tinieblas donde por desgracia, tarde o temprano, conocerás a alguien que te alojará donde tus palabras le piden que lo haga. Te hablo de ese Dios a quien tú criticas, diciéndole que su creación es aburrida y que a ti no te gusta. Piensa que tú eres también creación de Él, y piensa o date cuenta que si su creación te parece aburrida, tu tambien lo eres, porque es muy facil echar la culpa a otros de la penuria existencial que tu muestras en tus palabras. Existen miles de cosas que no digo que no conozcas, pero evidencias que no sabes lo que son, por hacer semejantes comparaciones. Todos podemos leer en muchos libros prodigios de la naturaleza descubiertos por científicos que los valoran porque ellos se dan cuenta de lo que encuentran, y porque les parecen increibles muchas de las cosas que descubren y otras que no tienen narices de encontrar. ¿Dónde está el eslabón perdido? ¿Eres tu lo suficiente listo como para encontrarlo?, o te aburre la idea de pensar que lo encontraras en el trastero de alguno de tus vecinos, y por eso no te interesas en buscarlo? Creo que con esto, podrás ver que hay personas que son conscientes de donde viven y que admiran cosas que para ti son insignificantes. Tambien te digo, que celebraria que vieras y sintieras muchas de las cosas que yo siento, para que fueses feliz como yo. De verdad. Que te magnificaras ante el calor del sol y no te quejaras porque te quemas en la playita sin pararte a pensar la potencia que tiene esta estrella, y en el poder que puede llegar a tener Él que la creó y Él que creo el universo que la alberga y que alberga tu planeta, tu casa, y tu insignicante alma. Y que ojalá algún día cobrara algo de valor para que no te sintieras de la manera que te sientes. Un saludo.
Enviado por: Mahanaim | 31 julio 2004
Después de leer esta aportación personal de J. C. Ortega, me reafirmo en mi concepto de la no sólo pobreza cultural y humana de la televisión que hoy padecemos,sino de su tendenciosidad. Es evidente quién dirige y a quién se le pide que colabore en este mundillo. Y cuando se recurre a alguien que pueda aportar otro unto de vista, no se recurre a personas preparadas para que hagan ver a la sociedad que creer como antes en algunas cosas no es ser retrógrado, sino consciente de muchas realidades ahora ridiculizadas; se recurre a individuos, a los cuales no critico, que no son capaces ni de gobernar su propia vida. Con lo cual, digan lo que digan los eminentes colaboradores como el Sr. Ortega, siempre quedarán por encima. De todos modos, este artículo demuestra un desconocimiento físico y metafísico tal, que... que podemos esperar de una televisión que goza de tales colaboradores? Por cierto, Mahanaím... Gracias por tu colaboración. Saludos a todos.
Enviado por: Siempre | 3 agosto 2004
Juan Carlos Ortega es un tipo genial, tanto en sus colaboraciones en "Crónicas" como en este artículo, en el que demuestra imaginación, ironía y sentido del humor, alejándose del tópico fácil que utilizan algunos para criticar la televisión. Hoy día, criticar la telebasura con cuatro insultos recurrentes es lo fácil. Lo que tiene mérito es usar la inteligencia para conseguir un análisis más creativo e imaginativo, sobre el mundo de la TV actual, del entretenimiento televisivo. Hay que desmitificar la televisión, así caerán también las ya sobadas teorías de los "popes" y los "sabios" del medio.
Enviado por: judit | 6 agosto 2004
No sé porque la gente se hace tantas pajas mentales hablando de la televisión. La tele es como el fútbol, como el cine, como las aficiones... un medio de divertirse. Pues que cada uno se divierta de la forma que más le plazca. Además, no había perdido las elecciones el PP que era el que quería prohibirlo todo? Son epocas de libertad y tolerancia. También en lo referente a la televisión.
Enviado por: Tolerante | 8 agosto 2004
No es de extrañar que en el escaparate de oligofrénicos que es la televisión cualquiera con un mínimo de ingenio destaque de inmediato. Y que la gente se fije en él es esperanzador. Lo malo es que en seguida se le considere un genio, porque entonces tendremos que considerar que Da Vinci, Einstein, Mozart, Ortega y Gasset, etc, eran sin duda seres superiores venidos del espacio exterior enviados aquí a cumplir algún tipo de penitencia.
Enviado por: tomates coloraos crudos | 16 agosto 2004
Seguro que es muy interesante todo eso que escribes pero llevo media hora intentando ver tus videos de Crónicas Marcianas y no hay manera. Rianxo (Guadalupe).
Enviado por: manuel | 22 agosto 2004
La telebasura es la manipulación informativa, no los programas de entretenimiento. La telebasura es el grupo de frikies de Aznar, Bush, Swartzenager y Ana Palacios; no Pocholo, Dinio, Yola o Tamara (que son inofensivos y no matan niños en Irak). La telebasura son los culebrones de TVE; no Gran Hermano, Cronicas Marcianas o Aqui hay tomate. Que no pretendan engañarnos, sabemos perfectamente lo que es basura y lo que no lo es, lo que es grave y lo que es banal, lo que es peligroso y lo que es inofensivo. La TV es una hormiguita, comparado con el mastodóntico elefante que constituyen los que convocan guerras y quienes los alientan!
Enviado por: Mira_Eso | 22 agosto 2004
La manipulación informativa es, como su propio nombre indica, manipulación informativa. Despreciable, criticable, rechazable y todo lo que queráis que acabe en "able". Ahora, Gran Hermano, Crónicas Marcianas, la Isla de los Famosos y la hostia en vinagre es telebasura. No confundamos churras con merinas y no quitemos importancia a las cosas echando mano de otros apartados audiovisuales. Y me hace gracia que la gente diga que es "banal", sobre todo cuando la gente está tan pendiente y se toma tan en serio esos contenidos. "No, es que sólo me entretengo", ya ya, por eso la gente lo discute de lo más serio. De inofensiva la telebasura o telemierda no tiene nada, es más, mientras las cadenas están saturando la programación de esa bazofia la gente está más pendiente de problemas mundanos, que de otros asuntos con mayor importancia.
Enviado por: Nails | 30 agosto 2004
Envía TONO "Me agilipollo por momentos" al 6666
Enviado por: | 1 septiembre 2004
Envía POLITONO "Soy tonto el navo" al 6969
Enviado por: ! | 3 septiembre 2004
Mola, pero pon nabo con b.
Enviado por: | 3 septiembre 2004
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Referencias a Dios y la telebasura: