La farsa de las asociaciones de telespectadores
“Crónicas Marcianas” desenmascaró mediante una entrevista con cámara oculta el funcionamiento de las asociaciones de telespectadores y su representatividad. El programa de Javier Sardá ofreció un reportaje de investigación dedicado a dichas asociaciones de telespectadores, que fue comentado por Pilar Rahola, Salvador Sostres, Boris Izaguirre, Ramoncín, y Gemma Pascual.
Según ha explicado un portavoz oficial de Telecinco, un equipo de investigación externo se lo ofreció a la cadena, que decidió estrenarlo en “Crónicas Marcianas”, pero la cadena está dispuesta a seguir abordando el escándalo de las asociaciones de telespectadores en otros programas.
A través de varias entrevistas realizadas con cámara oculta a los presidentes de cuatro de estas asociaciones de telespectadores –Foro del Espectador, FIATYR, ATR y Asociación Plaza del Castillo-, el documento mostró por primera vez la trastienda de estos organismos, su número real de afiliados, sus irregulares mecanismos de financiación y la reaccionaria ideología que representan, consideradas por el equipo de Sardá -no con pocos motivos, como veremos a continuación-, como “poco representativas de la sociedad, ultraconservadoras, homófobas y nostálgicas del franquismo”.
El reportaje demostró la falta de credibilidad de las asociaciones de telespectadores, los organismos que más presión ejercen en la cruzada “anti-telebasura” y cuyas opiniones son tenidas en cuenta por el Gobierno para el debate sobre la calidad televisiva y la elaboración del código de regulación de contenidos.
Ideología “homófoba” y “ultraconservadora”
Los Presidentes de las cuatro asociaciones de telespectadores coincidían en su rechazo a la creciente presencia de homosexuales en los programas de televisión, “cuando todo el mundo sabe que eso tiene cura; yo conozco un médico, el Dr. Aquilino, que si eres homosexual, te lo cura como una cojera”, decía Ascensión López, la presidenta del Foro del Espectador. Boris Izaguirre comentó bromeando que él “tenía dos patologías, porque además de ser gay, le gustaban los hombres cojos”. “Entonces, debes ir al Dr. Aquilino para que comiencen a gustarte las mujeres cojas”, añadía un irónico Sardá.
A otro de los entrevistados, el presidente de la Asociación de Telespectadores y Radioyentes (ATR), Vicente Sánchez de León, también le desagradaba que la televisión diera cobertura a “estos hombres, si es que se les puede considerar hombres”, decía, al tiempo que trataba de poner como ejemplo algún programa, pero al no venirle ninguno a la cabeza, terminó reconociendo al reportero: “Yo es que no veo mucha televisión, la verdad, pero eso no lo pongas, ¿eh?”.
Por último, Maribel Martínez Eder se refirió a los homosexuales como “invertidos”. A los Presidentes de estas asociaciones les molestaba también la imagen de la familia española que proyectan las series de televisión españolas. “¿Pero por qué no pueden sacar familias normales?”, se preguntaba Ascensión López. “Nooooo, tienen que irse a lo raro, la mujer divorciada con el hombre viudo, hermanastros que se besan...”, refiriéndose a “Los Serrano”, "o como en ANHQV, con un matrimonio gay..."
¿A quién representan estas asociaciones?
Una de los preguntas más complicadas a las que trataba de responder el reportaje es el número real de espectadores a los que representan estas asociaciones. Mientras Ascensión López asegura que su asociación, el Foro del Espectador, tiene 8 millones de afiliados, el reportaje descubrió que la realidad es bien distinta, ya que el número total de socios que tienen registrados estos organismos en España no supera los 10.000.
En el caso de la Federación Ibérica de Asociaciones de Telespectadores y Radioyentes (FIATYR), el número de afiliados portugueses es muy superior al de españoles, por lo que se daba el curioso hecho de que los espectadores del país eran mayoría para opinar sobre nuestra televisión cuando, en realidad, la única cadena española que pueden ver es el canal internacional de TVE.
¿Cómo se financian estas asociaciones?
Otra de las cuestiones más espinosas que trató el reportaje es el modo de financiación de estas asociaciones y la facilidad con la que pueden obtener subvenciones oficiales mediante la organización de jornadas y conferencias. El presidente de la FIATYR, Miguel Ángel Siloé, contó que Ascensión López había tenido que dejar su cargo como presidenta de la FIATYR después de que se descubrieran graves irregularidades en la contabilidad. “Había un montón de pagos a ponentes sin justificar”, decía Siloé. Tras su salida de la FIATYR, Ascensión López creó el Foro del Espectador, una asociación de carácter familiar, según demostró el reportaje, puesto que su marido lleva la contabilidad y sus dos hijas están al frente del gabinete de prensa.
En otro momento del reportaje, los reporteros crearon ellos mismos, con cuatro únicos socios, una falsa agrupación de estas características, lo cual ya les permitió optar directamente a una subvención estatal, a fin de demostrar la facilidad y rapidez con la que cualquiera puede crear en España una asociación de espectadores, de la noche a la mañana, financiadas por los contribuyentes.
Por otra parte, la presidenta de la Asociación Plaza del Castillo, Maribel Martínez Eder, se refirió a la campaña que viene promoviendo desde hace años este organismo, “Un día 10 sin ver la televisión”, que pide cada 10 de mayo a los españoles que apaguen su televisor. Martínez Eder aseguraba a los reporteros que la campaña había sido todo un éxito, ya que le constaba que había “al menos dos millones de espectadores que no veían la TV ese día”, pero los datos de Sofres, según mostró el reportaje, decían todo lo contrario. No sólo no había bajado el consumo televisivo el 10 de mayo de 2004, sino que había aumentado, tanto en relación al mismo día de la semana anterior como al mismo día de 2003.
La reacción de Ascensión López tras el reportaje Vertele se ha puesto en contacto con Ascensión López para conocer su reacción tras la emisión del reportaje. La presidenta del Foro del Espectador ha asegurado no haber visto el programa todavía “pero, según lo que me han contado, me da un poco de risa lo que quieren dar a entender, me parece de Gila”. Según López: “Lo que está claro es que si me han grabado con cámara oculta, esto es sumamente grave, un delito, algo punible y de juzgado. Además, hay una evidente mala fe en la actuación porque me dijeron que venían sólo a hacerme una entrevista, como las que nos hacen habitualmente”.
“De todas formas, esperábamos algo así porque la presión que ejercemos las asociaciones de espectadores cada vez es más grande. Llevamos más de quince años en esto y cada vez somos más los que queremos una televisión de calidad. Somos más de 18 asociaciones repartidas por España y lo único que exigimos es que se nos respete. Nuestros tres pilares son el sentido común, la libertad y la información”.
A la pregunta de cuánta gente representa, López declinó dar una cifra argumentando que no lo sabía exactamente. “No quiero dar un número equivocado, pero lo consultaré”. Sobre las supuestas irregularidades económicas que denuncia el reportaje, López asegura que “no hay ninguna porque vivimos del voluntariado, las cuotas de las asociaciones y de los patrocinadores, como El Corte Inglés y leche Pascual, entre otros. No recibimos subvenciones públicas y si las hemos tenido alguna vez ha sido de forma puntual del Ministerio de Asuntos Sociales por algún acto que hemos organizado. Yo no cobro un duro por esto y todo lo que recibimos es de forma voluntaria… ¿Ves que estoy desmontando todo lo que dicen?”.
Sobre el supuesto trato de favor a familiares dentro de la asociación, López dijo que “no somos familia para nada. Mi marido no tiene nada ver con esto, él trabaja en otra cosa y bastante tiene con aguantarme. En cuanto a mis hijos, ellos me han ayudado alguna vez en esta labor pero de forma voluntaria”.
Sobre su opinión acerca de la homosexualidad, López manifestó que “no es una opinión personal porque yo me informo. El psiquiatra Aquilino Polaino te explica en un vídeo muy bonito que la homosexualidad es curable. Yo no soy homófoba pero está claro que lo natural es un hombre y una mujer”.
Según López “la homosexualidad provoca un desequilibrio, problemas afectivos y desajustes y el doctor Polaino puede ayudarles, siempre que ellos quieran, ayudarles a reestructurarse por dentro y que sean más felices. De todas formas, es una gente a la que tengo mucho respeto, ya que tengo amigos que lo son”. López concluyó diciendo que “para nada somos ultraconservadores. Representamos a la asociación de amas de casa y no todas son iguales”.
Publicado en Vertele - 23/12/2004
27 diciembre 2004, Censura y Libertad | Comunicación | Telebasura | Televisión | Opiniones (95) | Inicio
¿Qué programas ven los niños?
Las televisiones privadas en abierto de este pais siguen con su réplica al Gobierno, medios de comunicación y organismos oficiales y la cruzada de estos contra la telebasura. Telecinco y Antena 3 se han unido en un gesto nada habitual para dar su versión del polémico debate sobre la telebasura. Para ello, difunden los resultados de un estudio realizado por TNS Sofres, que reproducimos a continuación.
En el horario protegido -de 6:00 a 22:00 horas- de lunes a viernes, dos de cada tres niños ven la televisión acompañados, lo que supone un 63,9% de la frente al 36,1% que la ven solos. Si los pequeños tienen capacidad de elección, optan por las cadenas que cuentan con programación infantil. Estas son dos de las principales conclusiones que pueden extraerse del Informe sobre Niños y Televisión que han realizado de manera conjunta Antena 3 TV y Telecinco, bajo la auditoría de Sofres.
El informe recoge un exhaustivo análisis de las audiencias del último mes de octubre, en el periodo del 1 al 20 (a excepción del día 12, festivo) y, entre las ideas clave, destaca el hecho de que -a excepción de las franjas matinales- el consumo de televisión está dominado por adultos, sobre todo de edades comprendidas entre los 35 y 54 años y 65 años y más.
Los programas con contenido del corazón, entre los menos vistos por la audiencia infantil.
Otro de los datos a destacar por este estudio es el que arroja el ranking de los espacios más vistos por la audiencia infantil: los programas con contenidos para adultos, con preeminencia de asuntos de crónica social o corazón, se encuentran situados del puesto 98 en adelante. De este modo, “Aquí hay tomate” ocupa el puesto 99, el resumen diario de “Gran Hermano” el 113, “A tu lado” el 160, “A la carta” el 154 o “El diario de Patricia” el 116.
Por otra parte, destaca el hecho de que los niños ven este tipo de programas si están en compañía de adultos. Además, el consumo de Telecinco, Antena 3 TV y TVE 1 aumenta si el niño se encuentra acompañado. Los niños que ven la televisión junto a personas muy mayores siguen las telenovelas de TVE 1.
Además, La 2, las autonómicas y el denominado Resto (plataforma digital, canales locales...) -cadenas que cuentan con una mayor oferta de contenidos infantiles de lunes a viernes- incrementan sus audiencias cuando los niños se enfrentan en solitario al mando a distancia.
Tal y como indica el estudio, los programas vespertinos tanto de Telecinco como de Antena 3 TV cuentan con escasa audiencia infantil y, lo que es más importante, el 60% de los niños que ven estos programas lo hacen en compañía de adultos.
Algunos ejemplos: más niños ven “Aquí hay tomate” y “El diario de Patricia” si están acompañados
Por ejemplo, el espacio de Telecinco “Aquí hay tomate” cuenta en octubre con un 10,7% de share en el segmento de público infantil, dato que se incrementa hasta el 18% si los niños se encuentran en compañía y hasta un 19,5% si se computa la audiencia de éstos en presencia de sus padres*.
Tomando como referencia el talk show de Antena 3 TV “El diario de Patricia” y aunque queda demostrado que la audiencia infantil de este espacio en el mes de análisis (1-20 de octubre) es minoritaria, se refleja que los datos de espectadores infantiles se ven incrementados en la medida en la que los niños se encuentran en compañía de adultos, pasando de un 10,9% de share (solos) al 14,5% (acompañados).
El prime time, fuera del horario protegido a menores, el de mayor consumo de televisión por parte de los niños
La franja horaria del prime time, ya fuera del horario protegido, resulta ser la que mayor número de niños concentra a lo largo de la semana. De lunes a viernes, el pico de mayor audiencia infantil se produce a las 22:08 horas, con una media de 929.000 espectadores. En este horario se da por supuesto que los pequeños se encuentran en compañía de sus padres, que aceptan pues que los niños vean los contenidos televisivos independientemente de que se haya superado el horario de espacios expresamente “tolerados” para la audiencia infantil.
Se trata de un dato muy similar al concentrado en el segundo punto de mayor consumo. Durante el fin de semana se produce a las 10:25 horas de la mañana con una audiencia media de 906.000 espectadores, momento en el que la mayoría de las cadenas ofrecen contenidos infantiles en su oferta de programación.
Histeria colectiva
Tras dar a conocer estos datos, Villanueva ha subrayado que las críticas lanzadas en los últimos meses respecto al tipo de televisión que se emite durante el horario de protección al menor y sus repercusiones negativas sobre éstos son "mucho ruido y pocas nueces". Ha remarcado que es la presencia de los padres la que determina la programación que ven los niños.
"Estamos asistiendo a una histeria colectiva, a una alarma social que no es cierta", ha indicado este directivo de Telecinco.
Ante tal clima de opinión, Villanueva se pregunta qué se puede hacer con los informativos, por ejemplo, cuando tengan que reproducir una noticia en la que existe violencia si se está dentro del horario de protección del menor. Además, ha acusado a quienes han expresado públicamente su nostalgia por programas infantiles del pasado de sufrir un "efecto monopolio", en clara alusión a cuando existía una sola cadena de televisión.
Por su parte, Francisco Díaz Ujados, director de Contenidos de Antena 3, ha lamentado que la sociedad esté empezando a pensar que el mapa audiovisual español es un "territorio sin ley" y ha recalcado que la televisión de nuestro país es una de las más competitivas de Europa y sus responsables cumplen escrupulosamente la legalidad.
Las dos cadenas privadas se han mostrado de acuerdo con que deben controlarse los contenidos televisivos para no vulnerar la protección del menor, pero han dejado claro que esto no puede hacerse de cualquier modo. "No compartimos que alguien nos diga la televisión que tenemos que hacer. Estamos en un país libre y democrático y hay libertad editorial", destacó Villanueva.
19 noviembre 2004, Actualidad | Censura y Libertad | Comunicación | Debates | Telebasura | Televisión | x - TELEBASURA Y CENSURA - x | Opiniones (73) | Inicio
A mí si me gusta Gran Hermano
Como el turrón, como las campañas de Tráfico, como las oscuras golondrinas, cada año por estas fechas, desde hace ya seis, vuelve Gran Hermano. Ahora toca llevarse las manos a la cabeza y rasgarse en público las vestiduras si es que uno quiere seguir llevando la vitola de culto. Un paso en falso y dejas de estar en la élite intelectual de este país o de la tertulia del bar tu barrio. Y es que Gran Hermano comparte con Crónicas Marcianas y su irreconocible Sardá el dudoso honor de ser los programas de más audiencia sin que nadie los vea. Porque salvo que lo pillen a uno en un renuncio, para estar a la última hay que tener siempre a punto el tan manido recurso de "No, es que yo esos programas nos los veo".
Pues yo sí. Yo sí que los veo. Y eso no significa que me sienta representado por los concursantes, ni que esté de acuerdo con la manera de seleccionarlos, ni con las opiniones de presentadores y habitantes, ni por supuesto me quitan el sueño las nominaciones, pero me entretiene, que no es poco. Es más, las Noticias me deprimen y Gran Hermano me distrae. Y sé que lo que pega aquí es comulgar con el programa de Sánchez Dragó, pero mire usted, a riesgo de quedarme sin columna le aseguro que esos programas son infumables y más bien parecen, salvo honrosas excepciones -léase Manuel Toharia- concursos a ver quien dice el esnobismo más recalcitrante sin que se le trabe la lengua.
A mí Gran Hermano me distrae, me entretiene, me evade de la carga de problemas que arrastramos a diario y con eso me conformo. Y si la modernidad y la intelectualidad empiezan por negarse uno a si mismo, entonces me declaro tonto confeso. Pero no menos tonto que los que llevan en la solapa el pin de un equipo de fútbol que cada domingo los hipnotiza y les quita la vida o los pseudomodernos que se creen que todo lo que cuelga en un museo es arte. Y si no, si estoy rodeado de tanta cultura, que alguien me explique entonces por qué La 2 de Televisión Española no viene casi ni en el mando de la tele. Vaya tela.
DARIO JURADO (Europa Sur - 11/09/2004)
1 septiembre 2004, Comunicación | Telebasura | Televisión | Opiniones (32) | Inicio
Los 25 periodistas más influyentes
PR Noticias ha elaborado el ranking de los periodistas más influyentes en España, con el objetivo de identificar a los 25 profesionales de los medios de comunicación de nuestro país que ejercen una mayor influencia sobre la opinión pública. Para la elaboración de este ranking, PR Noticias ha seleccionado a un total de 100 profesionales del sector -entre periodistas, directores de comunicación, agencias de prensa, y profesores universitarios de distintas Facultades de Ciencias de la Información- que han valorado en qué manos se encuentra concentrado el Cuarto poder en España.
Entre estos periodistas más influyentes se encuentran los directores de los diarios nacionales (Anon, Pedro J, Cebeiro...); columnistas y tertulianos (Campmany, del Pozo, Maruja Torres, Ussía, Umbral...) o los grandes comunicadores de radio y televisión (Sardá, Gabilondo, del Olmo, de la Morena, Herrera, Losantos, Llamas...). A continuación ofrecemos la lista completa de estos 25 periodistas más influyentes, por órden alfabético. Los que quieran votar, para darle el órden de importancia, y decidir cuál es el más influyente, podéis enviar vuestros votos a: [email protected]
LOS 25 PERIODISTAS MÁS INFLUYENTES EN ESPAÑA
(Por órden alfabético)
Luis María Ansón, La Razón
Ignacio Camacho, ABC
María Teresa Campos, Antena 3
Jaime Campmany, ABC
Jesús Ceberio, El País
Juan Luis Cebrián, Prisa
Luis del Olmo, Punto Radio
Raúl del Pozo, El Mundo
José Ramón de la Morena, Cadena Ser
Joaquín Estefanía, El País
Antonio Franco, El Periódico
Iñaki Gabilondo, Cadena Ser
Fernando González Urbaneja, APM
Carlos Herrera, Onda Cero
Federico Jiménez Losantos, COPE
Gloria Lomana, Antena 3
Carlos Llamas, Cadena Ser
Fran Llorente, TVE
Matías Prats, Antena 3
Pedro J. Ramírez, El Mundo
Javier Sardá, Telecinco
Maruja Torres, El País
Francisco Umbral, El Mundo
Alfonso Ussía, La Razón
José Antonio Vera, La Razón
Para votar al Perdiodista más Influyente, escribe a: [email protected]
25 agosto 2004, Comunicación | Opiniones (158) | Inicio
Cuál es la televisión más peligrosa?
"Telebasura orgánica" es el título de un atinado artículo que publica el weblog "Una cuestión personal" en el que se dice: "Lo peor de la tele no es lo que da, sino lo que no da. Y nadie tiene esperanza en que la televisión se convierta en aquel vehículo de cultura y educación que soñaba Rossellini, entre otras cosas porque para eso ya tenemos Internet. Ahora, aparte de unos cuantos documentales, el Canal Viajar y la ocasional película para insomnes, la programación televisiva se ha convertido en un monumental muestrario de promociones publicitarias, pésimas ficciones, entrevistas a sujetos irrelevantes y soporíferos eventos convertidos en el acontecimiento del siglo. Un conjunto poco edificante, pero consonante en trivialidad y mal gusto con la mayor parte de lo que denominamos cultura popular. Al fin y al cabo, ¿quién no se para a admirar un culo que pasa o piensa pestes de su vecino más ruidoso? ¿Quién no se ríe con los chistes verdes y queda encandilado por las películas de James Bond?
Por eso, no sorprende que el virginal y malencarado ex presidente José María Aznar salga despotricando contra la telebasura, sobre todo cuando él mismo ha protagonizado algunos de los reality shows más rastreros, soeces y tóxicos que hayamos visto en los últimos meses. A saber: el Vanity Fair de la boda de su hija, el "oh my God" de su encuentro familiar con el Papa y aquella entrevista infame que se hizo regalar por Urdaci el dócil. Porque la televisión más peligrosa es la que agrada a los poderosos. Lo otro es entretenimiento como el de toda la vida.
8 agosto 2004, Comunicación | Telebasura | Televisión | Opiniones (104) | Inicio
Losantos: ¿Será verdad tanta mentira?
Federico Jiménez Losantos es criticado incluso por la gente que más le conoce. Matías Antolín, durante muchos años compañero, amigo y Defensor del Oyente en la COPE, ha publicado un artículo en La Razón, titulado "¿Confío en Federico?". En este artículo de opinión, Antolín arremete contra el estilo, la manipulación, el mesianismo y el maniqueismo de Losantos, al que dedica frases como "pregonero de rumores", "maniqueismo simplón", "acento repugnante", "obsesión continua", "da náuseas", "pregona vino y vende vinagre", "perro de pelea"... entre otras lindezas. Dice el artículo:
¿Será verdad tanta mentira? ¿Confidentes confabulados? A lo que barrunto de oído, existe en las ondas una voz que se cree la única cocacola del desierto, el ombligo de todo. Se jalea a sí mismo y se ha convertido en un pregonero de rumores y fabulaciones más que de noticias. Especula que algo queda. Ayer fustigó a este periódico por editorializar sobre la poca credibilidad de los confidentes. La verdad es la noticia. Pero, ¿se equivoca la verdad? Federico Jiménez Losantos (Fejilos) no es Kirk Douglas, protagonista de "El gran carnaval", aquella estupenda película, crítica feroz al amarillismo periodístico.
Claro que él no es «amarillo», él es «liberal y tal». Este personaje es un Petit Larousse, una persona muy culta, sin embargo está interpretando el atentado del 11-M con un maniqueísmo simplón y un acento repugnante. ¿Analogía con el GAL? Si así fuera, yo llamaría a mi admirado amigo Melchor Miralles (el mejor periodista de investigación que conozco). Quiero confiar en Federico, es listo este insigne e iluminado colega, pero siendo como es, tan tolerante, no entiendo que vaya de pittbull, de perro de pelea, en esta película de obsesión continua. Pregona vino y vende vinagre; intenta vender todas las mañanas sardinas que aún no ha pescado.
Él confía en lo que pueden decir los confidentes (huéspedes de su periódico), yo desconfío de los prejuicios de Federico hacia todo lo que venga de "El País", "ABC", la "SER" o "La Razón". Su estribillo monotemático de ir contra Prisa aburre hasta a las ovejas que publicitan su programa (¡Qué bochorno de anuncio!). Yo no soy de su rebaño.
Da náuseas el linchamiento que ha hecho del portero Luis Garrudo, cebándose sin razón, ¿con ira liberal?: más que un misterio es un escándalo la urdimbre de tanta falacia en esta trama de sospechas, infundios, manipulaciones, querencias personales que hacen a uno desconfiar de este profesión tan estupenda. «Fejilos» no es el espíritu de Antonio Herrero, pero es un casta del micrófono, aunque en este caso está quedando a la altura, más bien enana, de las circunstancias, más bien muchas.
MATIAS ANTOLIN (La Razón)
26 julio 2004, Comunicación | Debates | PP - Aznar | Seleccion | Opiniones (335) | Inicio
Dios y la telebasura
Juan Carlos Ortega, colaborador de Javier Sardá en "Crónicas Marcianas" (Telecinco) y de Gemma Nierga en "La Ventana" (Cadena SER) acaba de publicar un libro tan genial como el contenido de sus secciones en los programas mencionados. Se trata de "Buenos días, Sócrates" (Reflexiones de un filósofo sin estudios). Con grandes dosis de inteligencia y de ironía, Juan Carlos Ortega trata de 30 temas, del que aquí reproducimos uno que se titula, nada más ni nada menos, "Dios y la telebasura".
En él, Ortega desmonta el tópico anti telebasura ("La gente ve telebasura no porque le guste, sino porque se la ponen. Si pusieran otra cosa mejor, les gustaría más."), comparándolo con el mundo creado por Dios ("A los poetas no les gusta la naturaleza. Se fijan en ella y la describen siempre porque es lo que hay. Si Dios pusiera otra cosa mejor; les gustaría más."). Su conclusión es radical: "Si hubiera muchos universos compitiendo entre sí, cada uno ofreciéndonos espectáculos y leyes naturales diferentes, es bastante probable que el Cosmos en el que estamos tuviera un bajísimo índice de audiencia. Bien mirado, no sería extraño que esto sucediera. Desde hace miles de años los seres humanos se han dedicado obstinadamente a criticar la dura realidad, despedazándola siempre que han tenido ocasión de hacerlo, señalándonos sus taras, sus chapuzas y sus malos acabados. Nos gusta la naturaleza porque no podemos hacer zapping. Si hubiera varios Universos, Dios duraría tres días como programador."
Algunas personas creen que no es mala cosa ser profundo la mayor parte del tiempo, sin demasiadas interrupciones. La televisión, para ellos, es simplemente una máquina cuya finalidad es formar a los que, de alguna manera, no tienen forma. Los tópicos que lanzan son conocidos por todos. El principal, sin duda, el siguiente: "La gente ve telebasura no porque le guste, sino porque se la ponen. Si pusieran otra cosa mejor, les gustaría más."
Es un argumento repetido continuamente. Su construcción lógica es impecable, pero la apariencia de verdad que transmite obedece a algo que está fuera de su mensaje. En realidad, forma parte de la construcción de la frase y es independiente de aquello a lo que está destinado. Como veremos enseguida, puede aplicarse a todo. Para comprenderlo mejor, pensemos en Dios.
Dios creó el mundo (o, al menos, vamos a suponer que lo hizo). Creó las montañas, las nubes, los ciervos, las puestas de sol, las coliflores, el cuarzo y los orangutanes. Puso ante nuestros ojos muchas cosas distintas, haciendo lo que en términos periodísticos se conoce como un despliegue de medios sin precedentes. Y nos situó a nosotros, pobres espectadores, en medio del meollo, para contemplarlo.
El tópico anti-telebasura podría aplicarse al mundo natural
La mayoría de los poetas adoran el mundo natural. Escriben versos elogiando el color de los amaneceres, el reflejo de los rayos lunares en las caras de sus novias, la profundidad misteriosa y fría de los océanos, el brillo de las manzanas y el color rojo de la tierra de Atlanta. Cientos de miles de poetas de todo el mundo describen con admiración ese tono anaranjado que tiene el amanecer, la complejidad asombrosamente inteligente y matemática de la tela de araña, el comportamiento de los mamíferos, la ternura de los patos pequeños que siguen a sus madres. Se esfuerzan muchos de esos versos, porque para ellos no hay nada mejor, nada que pueda superar este espectáculo gigante que contemplan cada mañana cuando miran el mundo. Y pueden tener algo de razón. Después de todo, la naturaleza está llena de cosas interesantes, Pero, ¿realmente nada puede superarla?
El tópico anti-telebasura podría aplicarse ahora al mundo natural. Si lo hacemos, llegamos a la conclusión siguiente: "A los poetas no les gusta la naturaleza. Se fijan en ella y la describen siempre porque es lo que hay. Si Dios pusiera otra cosa mejor; les gustaría más."
¿Y si fuera así? ¿Y si nos gustara la naturaleza, con sus ríos fríos llenos de truchas saltarinas y sus montañas poéticamente nevadas, simplemente porque "es lo que hay"? A lo mejor, quién sabe, el mundo no es más que una creación basura. De hecho, la naturaleza tiene muchos elementos que hacen sospechar que así es: matamos para vivir, enfermamos, padecemos dolores horribles, vemos fallecer a personas con las que nos gustaría estar hablando eternamente, y al final desaparecemos sin haber disfrutado todo lo que nos habíamos propuesto. El programador del Cosmos podría ponernos algo mejor, pero siempre va a lo fácil. ¿Qué ponen hoy en el Universo? Consultemos la programación cósmica. Hacen lo de siempre: a las 7 de la tarde, una puesta de sol, luego oscuridad durante unas horas, y por la mañana la luz dorada nuevamente. Y así día tras día, machaconamente, siempre igual. Dios es bastante previsible, y su programa es repetitivo y fácil. Criticamos a los responsables de las teles porque se repiten, porque no innovan, pero Dios hace lo mismo y le adoramos.
Nos gusta la naturaleza porque no podemos hacer zapping
Pero podemos ir más allá. Amamos a nuestras esposas y a nuestros maridos porque es lo que hay, pero si nos pusieran algo mejor, les amaríamos más. Nos caen bien nuestros amigos porque no conocemos a amigos mejores. Nuestros libros preferidos, las películas de nuestra vida y las canciones que nos provocan un pinchazo en el estómago gozan del privilegio de nuestra admiración sólo porque no hemos le leído libros mejores, ni visto películas más deslumbrantes ni escuchado canciones que nos desgarren con más violencia las tripas. Nos adoramos a nosotros mismos por el mismo motivo: porque es lo que hay, es lo que somos, porque no hay alternativa, porque nos es imposible imaginar que pueda existir algo mejor que nuestra estupenda y mimada persona. El tópico anti-telebasura, como vemos, es aplicable a todo.
Dios hizo lo que hizo. Los de la tele hacen lo que hacen. Las montañas, los escarabajos, el feldespato, la mica y las legumbres están ahí. Miramos la naturaleza y nos hacemos fans de ella porque no tenemos un mando a distancia para hacer zapping en las montañas. El sentimiento de arrobamiento y estupefacción ante la belleza natural es tan válido y profundo como la aparente tonta y frívola diversión que nos invade al mirar la tele un sábado por la tarde, tumbados en el sofá de casa, cuando en la vida real no echan nada mejor.
Si hubiera varios Universos, Dios duraría tres días como programador
Nos gusta la telebasura porque es lo que hay. Si pusieran algo mejor nos gustaría más. Evidentemente. Pero también nos gusta el brillo misterioso, lejano y mágico de las estrellas que tiemblan en el cielo de verano porque es lo que hay. Si Dios nos pusiera algo mejor, nos gustaría más.
Si hubiera muchos universos compitiendo entre sí, cada uno ofreciéndonos espectáculos y leyes naturales diferentes, es bastante probable que el Cosmos en el que estamos tuviera un bajísimo índice de audiencia. Bien mirado, no sería extraño que esto sucediera. Desde hace miles de años los seres humanos se han dedicado obstinadamente a criticar la dura realidad, despedazándola siempre que han tenido ocasión de hacerlo, señalándonos sus taras, sus chapuzas y sus malos acabados. Si aplicáramos métodos comerciales implacables, Dios duraría tres días como Programador Universal.
JUAN CARLOS ORTEGA
Colaborador de "Crónicas Marcianas" (Telecinco) y "La Ventana" (Cadena SER)
Texto extraído del libro "Buenos días, Sócrates" (Aguilar, 2004)
16 julio 2004, Comunicación | Curiosidades | Seleccion | Telebasura | Televisión | Opiniones (94) | Inicio
El "sabio" Bustamante replica a Mainat
En un artículo publicado en Vertele, Josep Maria Mainat, director de Gestmusic Endemol, criticaba la composición del Comité de “sabios” nombrados para asesorar al Gobierno en temas referidos a TVE. Bajo el título “La inexperiencia de los expertos de TVE”, Josep Maria Mainat decía entre otras cosas: “Quisiera manifestar mi perplejidad ante la composición del llamado Comité de Expertos que ha convocado el Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero para que, en un plazo de nueve meses, eleve al Gobierno una propuesta de reforma de los medios públicos que deberá contemplar, además, la solución financiera del modelo propuesto, el modo de designación de los directivos y la orientación de la programación.”
El comité está formado por el catedrático de filosofía, Emilio Lledó, el filósofo, Fernando Savater, la catedrática de ética, Victoria Camps, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja y el catedrático de comunicación audiovisual, Enrique Bustamante. Josep Maria Mainat se extraña de la composición de este llamado “comité de sabios” y afirma al respecto: "No entiendo por qué están tan de moda los filósofos. Los filósofos son expertos en filosofía... pero no en televisión.”
En este debate abierto por Vertele sobre el comité de “sabios” o “expertos” de Televisión Española, el Director de Gestmusic Endemol pone en entredicho los conocimientos televisivos de Enrique Bustamante a raíz de un artículo suyo titulado “Cómo acabar con la dictadura de la audiencia” en el que decía: ”es estrictamente necesario sustituir el índice de audiencia por el termómetro de la satisfacción. Las radio-televisiones públicas utilizaban antes paneles de calificaciones sobre preferencias de los ciudadanos... Es necesario resucitar, reinventar, esos indicadores de eficiencia: termómetros de la satisfacción del usuario”.
La respuesta de Mainat a esta teoría fue muy clara: “Me temo que solo podremos medir científicamente el “termómetro de la satisfacción” que solicita el señor Bustamante, el día que inventen unos audímetros neuronales psico-emocionales con unos electrodos conectados directamente al cerebro de los telespectadores. Pero no creo que esta delirante posibilidad le gustase al señor Bustamante a la vista del siguiente párrafo de su artículo: “El audímetro se ha apoderado subrepticiamente de nuestro ocio, de nuestra cultura, de nuestras vidas... La ley de los “share” nos desarticula como opinión pública para reducirnos a simples consumidores”.
¿POR QUÉ SE COMPLICAN TANTO LOS RETÓRICOS DE LA TELEVISIÓN?
Y concluye: “No sé porque se complican tanto la vida los retóricos de la televisión con esto del share, si es la mar de sencillo. El share es un simple porcentaje que mide las preferencias de la gente, es decir, exactamente lo mismo que los resultados electorales. Solo que, en televisión, las elecciones tienen lugar cada día del año. ‘Cuéntame’ tiene más share que su competencia porque es la serie preferida de los telespectadores, del mismo modo que Rodríguez Zapatero es Presidente del Gobierno porque sacó más share que el Mariano Rajoy, sin que nadie del PP haya dicho, por lo menos en público: “¡Hay que acabar con la dictadura de las urnas!”.
Pero el debate no ha hecho más que empezar. En otro articulo de Vertele, se publica la réplica de Enrique Bustamante al artículo del Director General de Gestmusic sobre el futuro de la televisión pública en España, que reproducimos a continuación:
Enrique Bustamante: "La frívola imprudencia del Sr. Mainat"
Vaya por delante que me parece muy bien que pregunten a profesionales del sector sus opiniones sobre la radiotelevisión pública y que leeré atentamente todas las propuestas; más aún porque que creo firmemente que mi misión es, por delante de mis propias ideas, testar las opiniones de todos los agentes sociales e institucionales implicados en este tema trascendental para España y buscar soluciones de amplio consenso. Otra cosa es que, aun contando en su lista anunciada de expertos con buenos amigos, creo que está un tanto escorada y que les convendría compensar con algunos partidarios más del servicio público, y, sobre todo, sin intereses económicos en uno u otro campo; tampoco las preguntas básicas parecen muy neutrales, pero eso pertenece al ámbito de su autonomía editorial y al pluralismo y credibilidad que quieran ustedes imprimir a sus páginas.
Lamento no obstante que la primera respuesta haya sido, como demuestra el texto del Sr. Mainat, tan alejada de esos principios que proclaman, de “opiniones con la debida educación y el respeto a las opiniones de los demás, así como a su “decálogo de buenas maneras”. Y ello por las siguientes razones:
1º.-El Sr. Josep M. Mainat, antes de dar sus opiniones sobre la encuesta (en seis páginas de nueve), descalifica brutalmente al Consejo para la reforma de los medios de titularidad del Estado, nombrado por el Gobierno, y a cada uno de sus miembros, sin esperar a conocer uno solo de sus actos en este tema.
2º.-Con el mismo tono de acusaciones inculpatorias que roza el insulto, con un lenguaje frívolo y una considerable demagogia simplona, Josep M. Mainat parece tener una especial obsesión conmigo, dedicándome casi todos sus comentarios y propuestas en base a mi artículo del suplemento cultural de La Vanguardia, titulado “Cómo acabar con la dictadura de la audiencia”(26-5-2004). Evidencia así desconocer mis cientos de artículos y numerosos libros sobre la Televisión y las Industrias Culturales, publicados desde hace 23 años, entre los cuales se cuentan, como más recientes “La Televisión Económica” (Gedisa.1999), “Las Industrias Culturales en la Era Digital” (coord.. Gedisa 2002) y “Hacia un nuevo sistema de comunicación mundial “ (coord.. Gedisa. 2003). Las opiniones son libres y gratuitas, pero para escribir con autoridad hace falta leer algo, es decir, trabajar un poco. Por mi parte, conozco muy bien por mi dedicación y estudios del sector la historia profesional-financiera del Sr. Mainat, a quien en cambio le habría bastado buscar mi nombre en www.google.com (no el de mi homónimo cantante) para hablar con algún fundamento.
3º.-Resulta especialmente curioso que el Sr. Mainat se dedique a glosar, con lectura parcial e interesada, un artículo mio que, frente a otros muchos anteriores, sólo trataba de la televisión marginalmente y hablaba sobre todo del mundo del libro, del disco, el cine o los museos. Mi objetivo era en efecto mostrar cómo la ley de las máximas audiencias y los máximos beneficios (metafóricamente representados por el audímetro) deben ser compensadas por otros productos y servicios culturales destinados a las múltiples minorías de gusto e intereses que componen la audiencia masiva, para la defensa en suma de la diversidad que exige indicadores más cualitativos. Por ejemplo, a quienes no poseen una gran capacidad adquisitiva y están hoy abandonados, como los niños en la televisión comercial; pero también a los lectores de poesía o de ensayo en el libro, a los aficionados a músicas minoritarias, a los cinéfilos de cine experimental.
En todo caso, este texto breve es coherente con mi trayectoria de años, trabajando y clamando por el conocimiento de la economía y el mercado del audiovisual y la cultura, como base para poder mejorarlos de forma posibilista y realista; pero también con mi permanente defensa de la especificidad de la cultura, con su cara vital para la democracia y la identidad de los pueblos y la necesidad, por tanto, del servicio público más allá de la simple lógica del mercado. Esos principios, esenciales para muchos profesionales del sector, quizás sean despreciables para quienes ven la radiotelevisión y la cultura sólo como una fuente de enriquecimiento o, según el propio ejemplo de su encuestado, como “una churrasquería”. Resulta ridículo asimilar a todo aquel que no guste de Operación Triunfo con el fundamentalismo islámico, como hace su colaborador, pero es verdad que el auténtico peligro para el pluralismo viene hoy de los “talibanes” fundamentalistas del mercado que no pueden tolerar un solo resquicio que se escape al totalitarismo de los grandes grupos privados, ni siquiera en las políticas públicas que tienen como función promover el pluralismo.
Respeto profundamente, en todo caso, las propuestas del Sr. Mainat, y no pienso entrar en absoluto a comentarlas, aunque no comparta para nada su visión neoliberal extremista. En todo caso, es bueno para este país, y para el debate democrático del futuro del servicio público, que cada uno firme sus opiniones y se retrate ante la opinión pública. Sólo puedo desear, en ese sentido, que sus próximos colaboradores eleven un poco el nivel intelectual de la discusión que, con tan mal pie, ha comenzado.
ENRIQUE BUSTAMANTE
(Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Complutense de Madrid)
23 junio 2004, Comunicación | Debates | Televisión | Opiniones (21) | Inicio
La inexperiencia de los expertos de TVE
En un polémico artículo publicado en Vertele, Josep Maria Mainat, Director de Gestmusic Endemol cuestiona al Comité de "expertos" de TVE. En este artículo, que ha abierto un gran debate en el medio televisivo, Mainat escribe: "Quisiera manifestar mi perplejidad ante la composición del llamado "Comité de Expertos" que ha convocado el señor Rodríguez Zapatero para que, en un plazo de nueve meses, eleve al Gobierno una propuesta de reforma de los medios públicos que deberá contemplar, además, la solución financiera del modelo propuesto, el modo de designación de los directivos y la orientación de la programación. Por razones que se me escapan, el comité está formado por el catedrático de filosofía, Emilio Lledó, el filósofo, Fernando Savater, la catedrática de ética, Victoria Camps, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja y el catedrático de comunicación audiovisual, Enrique Bustamante.
Josep Maria Mainat afirma: "No entiendo por qué están tan de moda los filósofos. Los filósofos son expertos en filosofía, pero no en televisión, obviamente. El día de la presentación, entrevistaron en el telediario a Don Emilio Lledó. El señor declaraba maravillado: "Antes, el ojo humano debía estar en el lugar donde sucedían los hechos. Ahora no. Ver lo que pasa en el mundo a través de ese maravilloso instrumento que es el aparato televisivo supone una ventaja enorme de nuestro tiempo". Si el venerable filósofo todavía está estupefacto ante el propio invento de la televisión, setenta años después de producirse, dudo mucho que pueda somatizar toda la problemática de RTVE en unos meses.
El otro filósofo, Fernando Savater, nada más ser nombrado, se destapó con la siguiente declaración casi subversiva: "Lo primero que hay que preguntarse es si realmente tiene que haber una televisión pública, porque eso es una cosa muy cara". Savater tiene razón: Éste es el primer dilema que deben desentrañar los filósofos porque: Si no hace falta una televisión pública ¿para qué van a andar reuniéndose nueve meses?
Después está la señora Victoria Camps que, en su etapa de senadora, presidió la Comisión de Contenidos Televisivos. Estos últimos tres años, en la misma línea de control y vigilancia, es miembro del Consell Audiovisual de Catalunya. Dado que su relación con la televisión ha consistido siempre en fiscalizar la labor de los demás, no creo que le vaya a servir de mucho esta experiencia ahora que por fin se le encomienda una misión creativa propia.
Curiosamente, forma parte del comité de expertos en televisión un perfecto intruso como es el presidente de la Asociación de la Prensa. Es fácil imaginar la escandalera que montaría el gremio de periodistas, si el señor Rodríguez Zapatero se pusiera a redactar una nueva Ley de Prensa y le pidiera ayuda al presidente de la Academia de Televisión.
Sin embargo, hay algo que une al señor González Urbaneja con otros miembros del comité y es ese afán vocacional por luchar para que los contenidos de los medios de comunicación sean debidamente controlados. En este sentido está intentando instaurar en la Asociación de Prensa un Consejo Deontológico que se dedicará a juzgar el trabajo de los demás periodistas y a advertirlos o sancionarlos, si se considera conveniente. La idea no ha caído lo que se podría decir… del todo bien. No conozco el tema a fondo, pero destaco algunas reacciones en contra bastante rotundas:
- Pedrojota Ramírez: "El Consejo Deontológico es una vuelta a la autocensura"
- Luís María Ansón: “El Consejo Deontológico es en sí mismo un atentado a la libertad de expresión".
- Pedro G. Cuartango, jefe de Opinión de El Mundo: “Este Consejo Deontológico tiene un tufo que recuerda a los viejos tiempos del franquismo”
- Pilar Cernuda: “Me parece un horror”
- Julián Lago: “Esto es la Inquisición”
Supongo que el señor González Urbaneja, a pesar de tener el gallinero algo alborotado, intentará trasladar al mundo audiovisual sus ansias por crear algún consejo que controle los contenidos televisivos e imagino que su propuesta prosperará porque, en este tipo de comités, esas cosas suelen gustar mucho.
EL QUINTO ELEMENTO
Tras cuatro expertos con tan poca experiencia televisiva, cabía la posibilidad de que el quinto, en su condición de catedrático de comunicación audiovisual, aportara alguna sensata opinión sobre el medio televisivo, pero un artículo suyo publicado recientemente en La Vanguardia y titulado: “Cómo acabar con la dictadura de la audiencia" ha frustrado todo atisbo de esperanza. En su artículo, entre otras curiosas teorías, el señor Enrique Bustamante afirma que es estrictamente necesario sustituir el índice de audiencia por el “termómetro de la satisfacción”: “Las radio-televisiones públicas utilizaban antes paneles de calificaciones sobre preferencias de los ciudadanos... Es necesario resucitar, reinventar, esos indicadores de eficiencia: termómetros de la satisfacción del usuario”.
¡Qué tiempos aquellos de la televisión en blanco y negro! Yo también tengo mis años y recuerdo perfectamente que en esos paneles de preferencias, que ahora quiere resucitar el señor Bustamante, la gente contestaba impertérrita, semana tras semana, que sus programas preferidos eran “Informe Semanal” y uno de divulgación médica que se llamaba ‘Más Vale Prevenir’. Pero cuando se instalaron los primeros audímetros se vio que el programa que más les gustaba, con mucha diferencia, era ‘El Precio Justo’. Y es que los encuestados siempre intentan quedar bien delante del encuestador. Es humano.
Me temo que solo podremos medir científicamente el “termómetro de la satisfacción” que solicita el señor Bustamante, el día que inventen unos audímetros neuronales psico-emocionales con unos electrodos conectados directamente al cerebro de los telespectadores que midan la satisfacción en tiempo real. Pero no creo que esta delirante posibilidad le gustase al señor Bustamante a la vista del siguiente párrafo de su artículo: “El audímetro se ha apoderado subrepticiamente de nuestro ocio, de nuestra cultura, de nuestras vidas ... La ley de los “share” nos desarticula como opinión pública para reducirnos a simples consumidores”
No sé porque se complican tanto la vida los retóricos de la televisión con esto del share, si es la mar de sencillo. El share es un simple porcentaje que mide las preferencias de la gente, es decir, exactamente lo mismo que los resultados electorales. Solo que, en televisión, las elecciones tienen lugar cada día del año. ‘Cuéntame’ tiene más share que su competencia porque es la serie preferida de los telespectadores, del mismo modo que el señor Rodríguez Zapatero es presidente del gobierno porque sacó más share que el señor Rajoy, sin que nadie del PP haya dicho, por lo menos en público: “¡Hay que acabar con la dictadura de las urnas!”.
Pero el señor Bustamante, que seguramente imagina a los votantes como un conjunto de ciudadanos conscientes y responsables, cuando escribe sobre televisión, se pone elitista, y visualiza a la audiencia como una masa amorfa de seres cretinos y aborregados. Resígnese, señor Bustamante, los electores y los telespectadores son exactamente las mismas personas, hombres y mujeres pensantes que, con buen criterio y libre albedrío, emiten su voto o le dan al botón del mando, en pleno ejercicio de su libertad de elección. Casi me siento ridículo escribiendo algo tan obvio.
¿FORMATOS ASESINOS?
Claro que, la realidad televisiva, según la visión del señor Bustamante, es casi apocalíptica: “El resultado ha sido la contaminación de la radiotelevisión pública y la drástica homogeneización de todas las cadenas hasta abocar a las “aplicaciones asesinas”, aquellas que, como ‘Gran Hermano’ y ‘Operación Triunfo… matan toda diversidad en televisión y, declinadas en cascada, en el conjunto de las industrias culturales”.
¿Aplicaciones asesinas? ¡Dios mío! Parece que el señor Bustamante ha oído tocar campanas y se debe referir a las “killer-apps”, un concepto que no tiene relación con la televisión. De todas formas lo describe con tal énfasis que casi consigue que los programas que nombra parezcan una especie de perniciosos virus malignos que aniquilan todo lo que encuentran a su paso.
Dios me libre de contradecir a todo un señor Catedrático de Comunicación Audiovisual pero me temo que traducir literalmente “killer application” por “aplicación asesina” y darle un sentido peyorativo, es un patinazo, si se me permite el atrevimiento. El término “killer-app” se utiliza en informática o en Internet para definir esas aplicaciones innovadoras que revolucionan de vez en cuando todo el sector, o sea, nada que ver con perversos programas de televisión. Además, “killer”, en este caso, significa innovador, revolucionario, rompedor. El correo electrónico, por ejemplo, fue la primera gran “killer-app” de Internet y, que se sepa, todavía no ha asesinado a nadie. En televisión también se habla a veces de “killer-formats”, y seguramente 'Gran Hermano' y 'Operación Triunfo' lo son, formatos innovadores, revolucionarios, rompedores,… y si el señor Bustamante lo tradujera por “formatos asesinos” le haría las mismas reflexiones.
CURIOSA COINCIDENCIA
Es curioso constatar que justamente “Gran Hermano” y “Operación Triunfo”, los dos formatos que tanto sulfuran al señor Bustamante, son los que despiertan asimismo las iras de los sectores más intolerantes del integrismo islámico. La asfixiante presión de dichos fanáticos consiguió incluso abortar la versión árabe de “Gran Hermano”. Para evitar conflictos, un comité de expertos islámicos fue invitado a visitar la casa del ‘Gran Hermano’ árabe, el primer día que se empezó a emitir desde Bahrein para la zona del Golfo Pérsico.
Horrorizados ante lo que vieron en los 90 monitores, los imanes exigieron a la cadena:
1) Que los chicos y las chicas no convivieran juntos en ningún momento.
2) Que las chicas llevaran siempre el rostro tapado por el velo
3) Que los líderes religiosos pudieran visionar y censurar cada episodio antes de ser emitido.
Como la cadena no accedió a ninguna de estas absurdas peticiones, los talibanes les montaron una serie de manifestaciones de protesta que, junto a las presiones políticas del gobierno de Bahrein, hicieron la situación insostenible. La cadena cesó las emisiones tras sólo dos semanas en antena.
Cuando se estrenó la versión árabe de ‘Operación Triunfo’, emitida por satélite desde Líbano a todos los países de Oriente Medio, los integristas volvieron a la carga. Los líderes religiosos prohibieron ver el programa, entre ellos, el muftí de Arabia Saudita, Abdulaziz Al Sheik, que pronunció una encendida homilía en la que señalaba que ‘Operación Triunfo’ aniquilaba todas las tradiciones musulmanas (¿quizá por ser una aplicación asesina?) y “era una invitación abierta al pecado y la fuente de los desastres y desgracias del Islam". Con ‘Operación Triunfo’, sin embargo, no lograron su propósito. El programa, apoyado con entusiasmo por los jóvenes de todos los países árabes, llegó brillantemente a su final. Con más de 300 millones de espectadores, fue la emisión más vista de la historia de la televisión árabe, dejando así claro que, en oriente y en occidente, los intolerantes no tienen futuro.
SEÑOR BUSTAMANTE ¡QUEDA NOMINADO!
Coincidencias aparte, que al señor Bustamante, que tiene que arreglar TVE, le produzca urticaria ‘Operación Triunfo’, que se ha emitido precisamente en TVE con un impresionante apoyo popular, es un pésimo síntoma. Imagino que el hecho de que ‘Operación Triunfo’ haya sido también en España el programa más visto de la historia, le debe parecer al señor Bustamante parte de ese complot de la dictadura de la audiencia.
Si el señor Don Enrique Bustamante no fuese Catedrático de Comunicación Audiovisual, sería comprensible que estuviera mosca con OT por las bromas que sus alumnos deben haberle gastado con su apellido, pero dada su especialidad académica, su aversión al formato debe ser fruto del análisis y la reflexión, con lo cual, no tiene ninguna excusa y, por tanto, su presencia le quita al comité todo rastro de prudencia, ponderación y sensatez que pudiéramos suponerle.
¿QUIÉN HA ENGAÑADO A ZP?
Si un partido político, en su campaña electoral, anunciara: “No tenemos ni idea de lo que vamos a hacer en economía pero, si ganamos, nombraremos un comité con unas personas que:
A) No serán economistas
B) No nos explicarán sus planes
C) Sea lo que sea lo que decidan, lo elevaremos al parlamento como proyecto de ley”
Lo más seguro es que ese partido tuviera un futuro electoral bastante negro. Sin embargo, en televisión, parece que hay la manga más ancha y todo el mundo se atreve a opinar. Pero ya que los expertos en televisión están ahí y son los que son, pienso que lo mínimo que podemos exigir es saber algo tan nimio como: ¿Qué programas de televisión miran los que deben arreglar la televisión?
Mi propuesta es que quien sea, exija respetuosamente que los expertos nos entreguen una lista con sus 10 programas de televisión preferidos. Si puede ser que no sean en blanco y negro, sino de los últimos dos o tres años. Creo que de la lectura de esas listas obtendríamos una información muy significativa. O a lo mejor descubriríamos horrorizados que, en realidad, no les gusta la televisión y que hemos puesto a unos vegetarianos radicales a diseñar el menú de una churrasquería. Total, que no concibo la composición del comité, ni confío en su labor por muchos meses que se reúnan, ni me explico quién puede haber engañado de este modo a ZP, con lo bien que parecía haber arrancado.
Antes de que empiecen a circular demasiados chistes sobre el tema de los expertos, quizá lo más práctico sería reconocer el error, liquidar cuanto antes el comité, darles las gracias a sus miembros por el empeño puesto… y regalarles de recuerdo un televisor en color, para que vean lo mucho que ha evolucionado el medio. Y tras este “breve” preámbulo...
POSIBLES SOLUCIONES A LA SITUACIÓN ACTUAL DE RTVE
Voy a decir lo que opino sobre la reforma de RTVE porque no me parece justo escribir un texto crítico sobre el comité de expertos y no incluir mi opinión sobre el asunto. Juro por el share del programa del señor Punset, que no me considero ni sabio ni experto, aunque llevo 20 años en el mundo de la televisión y, a lo mejor, algo de lo que digo tiene algún sentido.
De entrada, quiero aclarar que TVE, como cadena, no está en crisis y que toda esta movida no es para decidir la programación de TVE o si se quita el programa de José Luís Moreno o si vuelve Pedro Ruiz (espero que no). Cambiar 3 ó 7 ó 10 programas no es el problema. El director de TVE ya definirá en su momento la programación, de acuerdo con el equipo directivo del ente y según el presupuesto de que disponga. Además, la programación se cambia cada trimestre. Para esto no hay que llenar un informe teórico con 300 páginas.
Lo que realmente está en juego es el modelo de televisión pública que se quiere, el tamaño que debería tener y como sostenerlo económicamente. La primera gran pregunta es, por tanto, si se está a favor o en contra de la privatización parcial del ente. Como que no es necesario reinventar la rueda, se pueden estudiar dos modelos próximos que funcionan razonablemente bien.
MODELO FRANCÉS: PRIVATIZACIÓN SÍ
En Francia sanearon la deuda de la cadena más importante de sus televisiones públicas, la TF1 y después de reestructurarla, la privatizaron recuperando parte del esfuerzo económico. A pesar de todo, la operación costó bastante dinero a los contribuyentes, pero sólo una vez, en lugar de ese pozo sin fondo continuo que era antes. Y se quedaron con France 2, France 3 y ARTE, cadenas más pequeñas que se financian con publicidad (con limitaciones) y con unos impuestos razonables.
France 2 y France 3 tienen una programación parecida a La 2. En cambio ARTE emite solamente esos programas culturales que se supone que hay que exigir a una televisión pública. Todas las encuestas indican que ARTE es el canal teóricamente más apreciado por los ciudadanos franceses, pero la realidad es que también es el canal menos visto, lo cual desbarata de nuevo las teorías del señor Bustamante y su “termómetro de la satisfacción”. Los franceses también engañan a los encuestadores para quedar bien, pero después miran "La Granja de los Famosos" en la TF1 y se quedan la mar de satisfechos.
Del peligro de una televisión pública sin público, advierte el señor Dominique Baudis, presidente del Conseil Supérieur de l’Audiovisuel francés: "Hay que andarse con cuidado a la hora de plantearse una TV pública ideal, modélica, que tenga todas las virtudes que corresponden a un máximo de exigencia del servicio público… excepto la de tener público". El señor Baudis no parece opinar que la audiencia sea una cosa maligna en si misma: "La TV pública no ha de renunciar a la audiencia. Eso plantearía la contradicción de pedirle a la gente que pague por una televisión que casi nadie mira". Contradicciones aparte, los ciudadanos franceses parecen bastantes felices con su sistema de televisión pública.
MODELO BRITÁNICO: PRIVATIZACIÓN NO
En Inglaterra, han optado por el modelo contrario. Tienen la BBC1, que es la mayor cadena del país y la BBC2 que viene a ser como nuestra segunda cadena. La BBC obtiene su financiación a través de un canon que cada familia paga en función del número de aparatos de televisión que usa y no emite ningún tipo de publicidad. A ningún directivo de la BBC se le ocurriría decir eso de: “Vamos a acabar con la dictadura de la audiencia” porque tienen claro que la audiencia son esos millones de británicos que pagan el canon y que no están dispuestos a aceptar que con el dinero de todos se hagan programas solo para unos pocos. Por ello la BBC no criminaliza ningún género televisivo y produce sin ningún complejo entretenimiento, ficción, documentales o telerrealidad, intentando siempre hacer televisión generalista, con rigor, con calidad y con vocación de agradar a un público mayoritario.
Siento mucho desanimar al señor Bustamante en su cruzada, pero la BBC, que suele citarse como el modelo de televisión pública a seguir, también ha emitido esa “aplicación asesina” llamada ‘Operación Triunfo’…¡dos veces! Y para colmo, Mark Thompson, el recién nombrado director de la BBC, proviene de Channel 4, (una extraña licencia pública en manos privadas) donde él mismo ha programado, con enorme éxito, varias temporadas de la otra ”aplicación asesina”, ese maligno ‘Big Brother’. Además la BBC tiene desde hace años un departamento especializado en programas de telerrealidad al frente del cual han puesto (no se suicide señor Bustamante) al director y realizador del primer ‘Big Brother’ que se presentó en el Reino Unido. De este departamento han salido varios proyectos de este género como “The Prison Experiment”, “Diners” y “The Bachelor” que la BBC ha ido programando sin ningún problema.
Otra cosa que nos diferencia del Reino Unido es que, en España, se suele denunciar que TVE contrate los servicios de productoras externas de televisión, como si eso fuese una malversación de fondos públicos, mientras que los británicos aplauden que la BBC colabore asidua y satisfactoriamente con todas las productoras inglesas, grandes y pequeñas, porque entienden que así, su televisión pública ayuda a sostener el tejido industrial audiovisual de su país. Los ciudadanos del Reino Unido también están relativamente contentos con su modelo de televisión pública, solo que la BBC, dado su tamaño e importancia social, siempre genera alguna que otra polémica, como la que le ha costado el cargo al anterior director.
ME INCLINO POR EL MODELO FRANCÉS
Pienso que el modelo inglés es más interesante, pero también más arriesgado y solo puede funcionar con unos directivos totalmente independientes, con un gobierno sin voluntad de injerencia, con una oposición que no se pase toda la legislatura poniendo palos en las ruedas, con unos medios de comunicación que no sean parte interesada en el sector audiovisual y con una serie de garantías de libertad, de pluralidad y de apertura mental que me temo que son muy difíciles de garantizar y de mantener en España. Por ello me inclino por el modelo francés, que me parece más viable. Además, al secretario de Estado de Hacienda ya se le ha escapado que habría que ir pensando en privatizar algo, o sea que los tiros parece que van a ir por ahí. Una vez finalizado el proceso, tendríamos los siguientes canales:
- Tres grandes cadenas privadas: La Primera (o como se llame), Telecinco y Antena 3. El reparto del mercado publicitario sería similar al actual.
- La 2 (o como se llame) como cadena pública de lujo, con publicidad restringida y una subvención adecuada.
- La progresiva reconversión de las cadenas autonómicas en una línea similar a RTVE.
- Canal+, Digital+ y demás sistemas de pago.
- Las locales.
Nota: Como ciudadano y directivo de una productora de televisión, también echo en falta en España alguna cadena más pequeña, como las europeas M6, Verónica, Pro-Sieben y tantas otras, que se sostienen con un 8%, un 10% o un 12% de cuota de mercado, a base de buscar públicos alternativos, productos jóvenes, programas especializados… Muchos de los formatos televisivos más creativos han nacido en estas cadenas más pequeñas, porque pueden arriesgar más. Creo que el mercado permite que el Gobierno libere una nueva licencia, siempre que exista el comprador adecuado. El modelo me parece bastante sugerente, aunque esto es solo para ir abriendo boca, porque dentro de algunos años tendremos la televisión digital terrestre y habrá que volver a plantear qué pasa con todos esos nuevos canales, tanto en el terreno público como en el privado.
EL PARTO DE LOS MONTES
Pero para llegar a este modelo o a cualquier otro, el proceso pasa por que docenas de verdaderos expertos económicos, financieros y laborales estudien como liquidar la deuda histórica y diseñen un plan de viabilidad que realmente todas las partes implicadas puedan aceptar. Para ello hay que empezar a buscar cuanto antes un amplio consenso no solo parlamentario, sino también sindical, social y de opinión pública, iniciando una larga serie de negociaciones muy difíciles, tanto para el proceso de reestructuración de RTVE como para su privatización, si es eso lo que finalmente se decide. Y este proceso puede llevar años y habría que empezarlo enseguida, en vez de estar esperando mano sobre mano a que el comité de expertos nos ilumine el camino.
Dado además que los miembros del comité no entienden un pimiento de todo este lío económico-financiero-laboral, no creo que valga la pena perder esos nueve meses de gestación que es lo que dicen que van a tardar los expertos en discutir sobre el sexo de los ángeles catódicos y dar a luz un ladrillo de informe repleto de disquisiciones filosóficas sobre el invento de la televisión, recomendaciones sobre como controlar drásticamente los contenidos y elucubraciones retóricas en la línea de los “termómetros de la satisfacción” del señor Bustamante.
La decisión sobre la línea de modelo de televisión pública que se quiere conseguir no necesita muchas páginas y se puede tomar con relativa rapidez si realmente se tiene experiencia, criterio y valentía. La ironía es que las personas escogidas, de cuya erudición en otros campos no dudo, reciban el nombre de expertos, sin tener la más mínima experiencia para tomar una decisión tan trascendental. Por favor, pasemos a la siguiente fase.
JOSEP MARIA MAINAT (Director de Gestmusic Endemol)
(Publicado en Vertele)
14 junio 2004, Censura y Libertad | Comunicación | Televisión | Opiniones (19) | Inicio
Un weblog logra frenar la censura USA
Tras la excusa del "respeto a las víctimas y sus familiares", los medios de comunicación norteamericanos son víctima de una feroz censura en los últimos meses. El gobierno de Bush y el propio Pentágono están presionando a periódicos, revistas y cadenas de televisión para que no ofrezcan imágenes de los ataudes que cada día llegan procedentes de Irak. Pero en tiempos de la información global, afortunadamente no es posible poner puertas al campo. Y ha sido precisamente un weblog, amparándose en el Acta de Libertad de Información, la primera enmienda de la Constitución estadounidense, quién ha logrado conseguir y difundir estas fotografías que el presidente Bush no quiere que vean los ciudadanos de su país, para evitar que crezca todavía más el número de norteamericanos contrarios a la invasión de Irak.
Esto ha movido a que los periódicos empiecen a desobedecer las órdenes de censura y a publicar las fotos "malditas", generando una fuerte controversia entre quienes defienden la libertad de prensa, los que exigen respeto a los muertos y los que acusan al Gobierno de hacer invisibles a los muertos para evitar que crezca el descontento popular por la guerra. Esta última teoría, la de ocultar la realidad para no afrontarla, es la que prima sobre todas las demás.
Los principales medios de comunicación de Estados Unidos (The New York Times, CNN, USA Today, Los Angeles Times, etc. llevan hoy a sus portadas fotografías de la repatriación de soldados muertos en Irak. El Pentágono prohíbe desde 2003, coincidiendo con la invasión de Irak, la cobertura periodística del retorno a casa de los militares muertos. Esa política restrictiva fue sorteada la pasada semana por una web privada, www.thememoryhole.org, que logró que el Ejército le entregara 361 instantáneas de la repatriación de féretros, amparándose en el Acta de Libertad de Información, la primera enmienda de la Constitución estadounidense. El pasado 14 de abril, los militares no tuvieron más remedio que entregar un CD con las imágenes al abogado y activista Russ Kick, a cargo de The Memory Hole (el agujero de la memoria). Consciente de que este precedente puede acabar con la censura informativa en tiempos de guerra, el Pentágono ha cerrado filas y ha exigido a sus mandos que no vuelvan a difundir fotos de los soldados caídos en batalla, y a los medios que no reproduzcan dichas dichas imágenes.
Pero de nada han servido estas advertencias, ya que los medios estadounidenses más prestigiosos, temorosos hasta ahora de entrar en polémicas, se han lanzado en masa a colgar en sus páginas algunas de esas fotografías, en las que aparecen los féretros envueltos en la bandera de las barras y estrellas llegando al principal mortuorio militar del país, la base aérea de Dover (Delaware)
24 abril 2004, Censura y Libertad | Comunicación | Politica internacinal | Weblogs | Opiniones (8) | Inicio